Follar no es lo mismo que hacer el amor

Me había acostumbrado a aquellos encuentros fugaces, pasionales y salvajes, vacíos, sin amor. Porque el sexo sin amor también existe y en ciertas ocasiones es la mejor opción. Sin ataduras, sin remordimientos. Todo un juego y todo un reto. Sabíamos qué nos gustaba al uno y a la otra, no había vergüenza, no había límites. Esos mordiscos en el cuello ponían fin a una lucha interna entre mis ganas de ti y mi ética. Tu facilidad para desabrochar mi sujetador, mis prisas por quitarte la camisa eran toda una batalla que acababa entre risas y besos. Nos encantaba hacernos rabiar, ver quien aguantaba más sin suplicar al otro que parase, mordernos los labios, contener las ganas de hacer ruido, gemidos ahogados en tu cuello y en mi pecho.

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Todo muy bonito hasta que pasas de esos encuentros ocasionales a una rutina, diferencia marcada por una frase tipo “¿y este fin de semana qué hacemos? No. Eso es perdición completa y absoluta. En el momento que esos momentos dejan de ser inesperados, fortuitos, simplemente ocasionales, se forma un vínculo que va más allá del contacto físico, pasa a ser rutinario, no quiero encuentros obligatorios los fines de semana, no quiero ver como poco a poco esa llama, esa pasión, deriva en un simple cariño y en un “hacer el amor” suave y por costumbre.

Aquella noche aprendí la diferencia entre follar y hacer el amor. Como de costumbre, fuimos a perdernos, lejos de las calles por las que a la fuerza teníamos que pasar cada día, pero para mi decepción, acabamos en el mismo sitio de siempre. Recuerdo cuándo decíamos que íbamos a perdernos y lo hacíamos, la verdad, no recuerdo cuándo nos habituamos a acabar aparcando el coche siempre en el mismo sitio y poniendo la misma música. Aquella noche recorriste de una forma poco habitual cada uno de mis lunares, formando dibujos, con calma. ¿Qué fue de aquellos arrebatos pasionales? ¿Y de tantas medias rotas en el frenesí del momento? Comprendí que aquella noche me estabas haciendo el amor, sobre todo cuando nos quedamos abrazados a la luz de la luna mientras me acariciabas con un cariño innato, algo que pocas veces antes había visto.

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Sara Ruiz: @sararuiz15

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