Café del tiempo

Así es como rompiste con el café, casi súbitamente.

Supongo que fue porque te sentías joven y viste que ibas demasiado rápido, que así solo envejecerías antes y peor.
Pensabas que cuanto más deprisa ibas más se empeñaba en correr el reloj.
Así es como rompiste con la cafeína y te abrazaste a otras plantas y al té.
Del tiempo lo que no sabias es que cronometra cada sentimiento y que de repente se intercala en un segundo concreto que se teletransporta y que según su voluntad viene y va. Convirtiéndose en la única autoridad en tu subconsciente.
¿Y si ahora me estás volviendo a querer en tu recuerdo?
Eso es algo de lo que nunca podrás huir, por mucho que corras o por mucho café que bebas. En el fondo sé que estás buscando el sabor de nuestros besos al final de la taza.
En ese último sorbo.
Como en nuestro último beso.
Y eso que habías dejado de beber para vivir siempre joven y siempre solo en tu cama urbana.
Así que ya no te escondas mas entre las hojas de otras plantas. Tomemos ese café que nos debemos y digamos esas dos palabras que ayer no nos dijimos.
Porque te invito a arrugarnos juntos, porque te elijo para que corras a mi lado y que el reloj intente superarnos.
Para que sean los muelles del colchón los que quieran salir corriendo y que nosotros sigamos siendo siempre jóvenes aunque estemos en cada sorbo y en cada hoja muriendo.

Sofía Gallardo: @sofiaGP57