SÁTIRA

Mas al verlo no dudé en pensarlo, pues a las malas, Dios grandes las cría para que de lejos verlas pueda. Aunque grade y superlativa, su vida no ocupaba ni un tercio de su mida. Así pues, como mamífero carnívoro adaptado al agua, poco tiempo tardaría en juntarse a dos arpías. Más menudas eran, aunque la verdad, difícil no era. Pero, si algo en común tenían eran sus caras de vaquillas, colocadas como no, de rellenas a extrafinas; no sea que hagan mal plano que en la imagen quede. ¡Mal rayo me parta si no me fijo! ¡Si es que son Las tres Marías! La fea, la gorda y la jodida; haciendo tonto a Don José, con procreación divina del Espíritu Santo. Menudas María Magdalenas vagando por penada vida. ¡Y maldito el día en que se toparon con aquellos collados alegría! Alegría que naufragaría entre escuchillas de fulanas, cachondeos de brujas sacadas de Zugarramurdi y sonrisas de mentira que sin buena vista delatarían. ¡Ay si al recaudo os dejara del que me enseñó cuanto sé! Peores palabras usara para designar el rastro mugriento que crean vuestros pies. Pero callar debo, además de que cansado estoy de agraviar y no quiero mentar más vuestro recuerdo en mi mente. Puesto que nunca tendréis la importancia para dedicaros más de doscientas treinta palabras salidas de mis zarpas.

hombre invisible

SR GRATS.

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